Cuando el Choco Lozano asomó por Alcoy tenÃa pinta de cualquier cosa menos de jugador de fútbol. Hoy solo le falta un poquito de cabeza para hacerse un hueco entre las figuras de la categorÃa de plata. El sentido común que le aleje del alambre; desequilibrio, por otra parte, propio de algunos futbolistas geniales. Como podrÃa ser este hondureño de solo 18 años que el sábado regaló al Alcoyano su primera victoria en el regreso a Segunda, 42 años después.
Se jugó la segunda amarilla cuando eligió el brazo izquierdo para bajar la bola (la primera la vio por rematar con la mano) y acomodársela para volear a la red del Cartagena. Le salió bien, y en lugar de dejar a su equipo con diez le dio tres puntos que sacaron a los alicantinos del descenso. Zona de la que tratarán de alejarse el sábado frente al Dépor, asentados sobre el bloque que les dio el ascenso junto a retoques de calidad, como la que pone el Choco.
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